No tenía escapatoria. Casi desde que nació aprendió a amar el fútbol, a entender que iba a ser una parte importante de su vida. Veía a sus hermanos mayores disfrutar con pasión del deporte y siguió la misma senda. «En mi casa era todo el día fútbol. Hice escuelita en Trinidad, después pasé por San Martín y estuve hasta los 14. Luego dejé un tiempo y cuando volví a jugar debuté en Primera. Fue en Juventud Unida contra Zondina; ganamos 1 a 0», contó Iván Reynoso en diálogo con La Excusa Deportiva.
Con 32 años sobre sus espaldas, el volante central jugó el último torneo vistiendo la casaca de San Roque de Albardón. «Hace unos días llegué a un acuerdo y voy a jugar en Marquesado, club al que conozco porque pasé en 2017. Tengo muchas expectativas y ganas. Conozco el grupo, conozco su gente y sé que puedo estar a la altura. Siempre la idea es superarme y pelear el campeonato», sostuvo.
Hincha de River y de San Martín, tiene un campeonato ganado. Fue en 2018 jugando para San Lorenzo de Rodeo. «Le ganamos la final a San Martín, el clásico rival, en cancha de ellos», comentó.
Para Reynoso, lo mejor que le dio el deporte son los amigos, la gente buena que rodea el ambiente, las alegrías. «También están las tristezas, las frustraciones», reconoció.
«Mi referente en el puesto es Fernando Redondo y de la actualidad me gusta mucho Enzo Pérez», añadió. «Sueño con salir campeón y que mis hijos me acompañen», confesó. Es que Iván es papá de Juana, de 5 años, y de un varón que llegará en diciembre.
«¿Qué es el fútbol en mi vida? Mi cable a tierra, lo que amo hacer», finalizó.